
Tras el análisis de diez emisiones consecutivas del programa “Malas Lenguas”, correspondientes a dos semanas completas, se constata una pauta de comportamiento editorial y de tiempos de palabra incompatible con los principios de igualdad, pluralismo y servicio público que deben regir en RTVE.
Desde USO hemos recogido de forma detallada la duración de las intervenciones por género y tertuliano, los resultados no dejan margen a la interpretación:
- En los diez programas visionados, el 100 % presenta mayor tiempo de palabra acumulado en los tertulianos hombres.
- En todas las emisiones, el hombre con más intervenciones supera sistemáticamente a cualquier mujer en número y duración.
- La media de intervención masculina oscila entre 3,5 y 4,2 minutos por turno, frente a los 1,8-2,3 minutos de media femenina.
- Incluso en las emisiones con mayor presencia de mujeres, el tiempo total de palabra se mantiene en torno al 65 % para hombres y 35 % para mujeres.
- Se documentan interrupciones a tertulianas, uso de tono despectivo y un episodio concreto en el que el presentador chista a una invitada para que calle.
- Jesús Cintora actúa como un tertuliano más cuando el debate no sigue la línea que le interesa, rompiendo la neutralidad profesional exigida en un medio público.
- Durante la franja inicial del programa en La 2 predominan los temas políticos y los tertulianos masculinos; al pasar a La 1 se incorporan más mujeres y temas generalistas, lo que maquilla el desequilibrio sin corregirlo.
Este conjunto de datos y observaciones pone de manifiesto un sesgo estructural de género y una falta de neutralidad editorial contrario al Manual de Estilo, al artículo 39 del Convenio Colectivo y al artículo 28 del Estatuto de la Corporación RTVE.
Desde USO exigimos:
- Una auditoría interna inmediata de los tiempos de palabra y la representatividad de género en todos los programas de debate.
- Aplicación estricta del Manual de Estilo y revisión de la dirección editorial de “Malas Lenguas”.
- Formación obligatoria en igualdad para presentadores y tertulianos externos.
RTVE no puede sostener con fondos públicos un espacio que normaliza el machismo, desequilibra la representación y degrada el debate público. No se trata de percepciones, sino de datos objetivos y comprobables.
El Observatorio de Igualdad y al Consejo de Informativos debe de actuar, o no.



