La presidencia de la Corporación, además de tener un salario de más de 220.000 euros, resulta que también tiene bonus por el cumplimiento de objetivos. En este caso, la presidenta interina Elena Sánchez ha recibido en marzo un bonus de 5.203 euros como parte proporcional por los meses de ejercicio en el año 2022.
USO está sorprendido de que alguien con ese cargo y ese salario tenga que complementar el mismo con algún tipo de bonus. Por si alguien se olvida, somos una empresa pública estatal que depende en gran medida de los Presupuestos Generales del Estado.
El cobro del bonus es más que cuestionable, pero lo realmente sorprendente es saber que en la Corporación existe un plan, unos objetivos, un proyecto de empresa y que, además, alguien los puede medir y valorar. ¡Existe un PLAN! Lo afirmamos porque si alguien cobra un bonus, potencialmente lo hace sobre la base del cumplimiento de unos objetivos que deben estar contenidos en ese plan.
Eso sí, permanece oculto, es desconocido para nosotros, no está publicado, explicado, ni manifestado para conocimiento de toda la ciudadanía que paga y mantiene a la Corporación, ni para los trabajadores que tenemos que implementarlo.
Si nosotros que tenemos que llevarlo a cabo, y no lo conocemos, ¿Cómo se espera que nos impliquemos? ¿Cómo se espera que podamos aportar a ese proyecto? ¿Existe en verdad?
Ahora bien, puede que sí exista y que el objetivo sea maquiavélico y por eso no puede ser compartido. Para muestra un botón:
- Constante pérdida de audiencias en toda la programación.
- Escandaloso derroche en el incumplimiento de contratos de los programas externalizados a productoras que se pagan íntegros pese a no cumplir las cláusulas de audiencia o tras ser retirados anticipadamente de antena.
- Acumulación de críticas a la programación y selección de contenidos con un deterioro paulatino de la imagen corporativa de la CRTVE.
- Externalización encubierta de la programación incluida la de los contenidos informativos disfrazados de programación de info-entretenimiento.
- Aumento del desorden y caos organizativo en las distintas direcciones y áreas, con el consiguiente aumento de la insatisfacción, malestar y estrés de los trabajadores.
- Inestabilidad en su cargo al estar denunciado ante los tribunales por supuesta irregularidad legal.
- No realizar las inversiones presupuestadas
- Deterioro de las relaciones con todas las fuerzas sindicales de las que continuamente recibe las más duras críticas en los comunicados.
A lo mejor, este es el plan y proyecto de empresa que tenemos y por ello se merece ese bonus ¿o no? Además, ¿quién se lo concede? ¿Ella misma a sí misma? Hace poco anunciaba reducciones salariales de su estructura directiva, y va y se adjudica un bonus. Esto no está bien, no es ético ni estético.
¿Se puede tener menos empatía en estos momentos? Vaya ejemplo para la plantilla y vaya imagen de solidaridad y generosidad. ¿De qué color tiene que ser la camiseta esta vez?
Por sus actos, que no por sus palabras, se conoce a las personas.