Inés Hernand es de esa clase de no-periodistas que piensan que todo vale para captar a la audiencia. Quizá sea así, pero no en una televisión pública, que es de todos y para todos y que debe ser escrupulosa en su comportamiento, respetuosa con las creencias y convicciones de todos los ciudadanos, neutra, imparcial y plural.
El amarillismo y el populismo informativo de la Sra. Hernand que se lo quede para ella; o para su blog o canal, pero fuera de la radiotelevisión pública. En otros medios públicos europeos serios ya estaría buscando empleo.